lunes, 20 de julio de 2009

Cumpleaños en Belorado (parte 5 del relato del camino)


Posteo hoy lo que escribí a mis amigos y familiares desde Belorado, Camino a Santiago, el pasado 11 de mayo. Era mi cumpleaños, y me tocó pasarlo ahí. Ese día no caminé tanto, sólo 23 km, partiendo de Santo Domingo de la Calzada.
Por supuesto que fue un cumpleaños totalmente alternativo. No quise decir a mucha gente, me imaginaba la típica escena argentina del desayuno en el albergue y todos cantándome el Feliz cumpleaños y a mí con "cara de feliz cumpleaños" no sabiendo qué hacer. Preferí aprovechar la distancia de la patria y sus tradiciones onomásticas, y no decir nada más que a los cercanos.
Sin embargo ellos se encargaron de comunicarlo al resto de la gente. Pero, felizmente, los extranjeros no tienen esa manía multi-celebrativa-masiva, y entonces me saludaron todos, pero cada uno a su tiempo y a su manera (casi exactamente como yo quería). Era simpático encontrarse gente en medio de la NADA, o en un bar de un pueblo semi muerto, y que se acercaran a desearme felicidades (incluso algunos con quienes nunca había hablado antes).
Disfruten del breve relato y las fotos!



Gentiles gentes...

Gracias, ante todo por todos sus maravillosos mensajes. Buenísimas las fotos que mandaron, emocionantes otros mensajes. Todo cala más hondo a la distancia, todo suena mejor.

Hoy estoy en Belorado, ya en tierras del Cid (Belforado en los romances). Me alojo en una iglesia del siglo XVI, en un cuarto hùmedo y fresco con ventanas a una pequeña plaza medieval. Tiene su gracia, por supuesto. La iglesia tiene una espadaña del siglo XVIII y en ella anidan MUCHÍSIMAS cigueñas, el simpático entrechoque de sus picos se escucha desde mi cuarto, y todo hace de este día una experiencia nueva y siempre grata.


El pueblo de Belorado. En primer plano la iglesia de Santa María Mayor
(donde me alojé esa noche), y más atrás la iglesia de San Francisco

Esta mañana caminé en gran silencio, entre meditabundo y agradecido. Pude pensar mucho durante los 23 km que nos separan de Sto Domingo de la Calzada, y ahora aprovecho un rato de calma para escribir (poco) y leer (mucho y repetidamente) vuestros e mails.

El camino es implacable, no acepta excusas de cumpleaños, de feriados ni de domingos. Todo sigue, todo el tiempo. En minutos me voy a comer algo con compañeros peregrinos y así sigue esta vida que vamos haciendo todo el tiempo.

Saludos remixados, los recuerdo, y mucho.

Ramiro

Tras la cena muy divertida en un restaurante PÉSIMO (jajaja)
con Peter & Erin (peregrinos de Australia) y Wiktor (mi amigo peregrino de Polonia)

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