viernes, 15 de junio de 2012

Rinaldo, notas de programa


Rinaldo, en plena función el martes pasado en el Colón
El Teatro Colón está presentando el estreno nacional de la ópera Rinaldo (1711) de Handel. Me encargaron el comentario para el programa de mano, que se entrega al público en todas las funciones. Sabiendo del interés que ha sucitado esta ópera en buena parte del público porteño, y pensando también en aquellos que la escucharon por radio  o en aquellos que quieran saber más sobre esta ópera, posteo a continuación el texto. ¡Ojalá lo disfruten y aprovechen!

Rinaldo, de G.F. Handel
Comentarios para el Programa de Mano del estreno nacional en el Teatro Colón
Buenos Aires, junio de 2012


El siglo XVII en Inglaterra fue políticamente y socialmente complicado. Las idas y vuelta de la monarquía y los problemas religiosos que afectaron a la isla tuvieron obvias repercusiones en el mundo artístico. Cuando la Commonwealth suspendió las capillas musicales durante buena parte del siglo XVII, se cortó con los semilleros de músicos y de compositores. La Restauración, de la monarquía (1660)permitió nuevamente crear coros y conjuntos instrumentales en los que se hiciera música y además se formara a nuevos creadores del arte musical. John Blow y su brillante alumno Henry Purcell intentaron sin éxito crear una ópera nacional. El joven Purcell murió en 1695 y su maestro en 1708.

De forma paralela, durante el último cuarto del siglo XVII ocurre otro fenómeno interesante, al surgir los primeros conciertos públicos (algo que hoy nos resulta tan obvio y cotidiano: pagar una entrada en una sala para escuchar música), Londres se convierte en una suerte de “capital” de los conciertos en Europa. Fue por esta razón que muchos músicos del continente se trasladaron a Inglaterra, entre ellos Loeillet, los hermanos Sammartini, Bononcini, Ariosti, Porpora, Pepusch, Hasse y Handel.

El cambio de siglo hizo que la música italiana se impusiera como moda en buena parte de la Europa continental, y que obviamente el estilo entrara a Inglaterra. Sin una ópera “nacional” inglesa, dos años más tarde de la muerte de Blow se cantó en Londres, por primera vez, una ópera en italiano a cargo de un elenco completamente italiano, fue «Almahide», de Giovanni Battista Bononcini. A fin de ese mismo año Handel llegó a Inglaterra.

Ante la solicitud de un primer trabajo escénico para Londres, Handel, que había trabajado los últimos años en Italia, y que tenía un especial interés por su música, aprovechó el terreno preparado por sus predecesores, y se lanzó con una historia en italiano. La idea fue de Aaron Hill, empresario y director del Queen’s Theatre (que más tarde se llamaría King`s Theatre), donde se haría el estreno, quien eligió el tema de la ópera y mandó hacer un libreto italiano. El empresario, habil y visionario, pidió la música a Handel y el libreto a Giacomo Rossi, quien se basó en el texto traducido al inglés para llevarlo entonces nuevamente a su lengua original, haciendo una doble traducción que terminó quitándole calidad literaria.

El texto que da origen a la historia es el poema épico La Gerusalemme Liberata, de Torquato Tasso. La historia cuenta el asedio a Jerusalen en época de las cruzadas, con un importante y confuso tejido de historias amorosas y mágicas que pretende remedar el estilo clásico, mezclando lo verosímil con lo fantástico desde una fuerte óptica religiosa. El texto, publicado oficialmente en 1581, vio la luz en el momento preciso de ebullición de la Contrarreforma, y su tema fue idealizado como deseo de unión de la cristiandad y de lucha contra las herejías. Paralelamente ofrece una nueva mirada sobre las protagonistas femeninas (Armida, Erminia y Clorinda), otorgándoles la impotancia y nuevo valor como mujeres, tema que tuvo gran desarrollo al inicio del Barroco.

El poema de Tasso, que tuvo grandísima repercusión en toda Europa, dio origen a diversas manifestaciones artísticas. Antes de la ópera de Handel, en lo musical son especialmente atractivos los madrigales y canciones de Giaches de Wert (1595) y Biagio Marini (1620), el Combattimento di Tancredi e Clorinda de Claudio Monteverdi (1624) y las óperas “Il Tancredi” de Girlolamo Giacobbi (1629), “Erminia sul Girodano” de Michelangelo Rossi (1633), “Armida de Benedetto Ferrari (1639), “Armida de Marco Marazzoli (1641), “Armida” de Jean-Baptiste Lully (1686), “La Gerusalemme liberata de Carlo Pallavicino (1687), “Gli avvenimenti di Erminia e di Clorinda de Carlo Francesco Pollarolo (1693), “Amori di Rinaldo con Armida” de Teofilo Orgiani (1697), “Tancréde de André Campra (1702), “Armida abbandonata” de Giovanni Maria Ruggieri (1707), “Armida al campo”, de Giuseppe Boniventi (1708), “Armida regina di Damasco”, de Teofilo Orgiani (1711) . Después de 1711, el tema siguió prestándose a óperas de importantes compositores como Vivaldi (1718), Albinoni (1726), Geminiani (1754), Jommelli (1770), Salieri (1771), Gluck (1777), Haydn (1784), Rossini (1817) y Dvorak (1904)

El libreto de Hill cambia elementos e ideas del poema de Tasso, actualizándolo para su público, y otorgándole un mayor interés teatral. Es por eso que realza la atracción que siente Argante por Armida, y la falta de interés de Rinaldo hacia ella (cuando la sacerdotisa está fuertemente enamorada de él). De modo paralelo, introduce elementos que deberían estar fuera del contexto cronológico e ideológico de la obra, como menciones a personajes de la mitología griega (cuando Argante invoca a Alecto y a Marte en su primera intervención), o el final fuertemente cristiano en el que Armida se convierte, cuando en el poema original eso puede vislumbrarse como una posibilidad remota. Por otra parte, se evidencia la relación entre libretista y compositor cuando en la ópera hay copia textual de fragmentos de otras óperas, como el aria de Argante “Basta che sol tu chieda”, que es cantada con el mismo texto por el personaje de Claudio, en Agrippina (cuyo libreto es de Vincenzo Grimani).

Sobre el libreto, Handel compuso la ópera en sólo dos semanas, reutilizando mucho material musical de obras compuestas en sus años de vida en Italia (1706 – 1710). La grandeza de la música, un excelente elenco de celebridades, y los espectaculares efectos escénicos de maquinaria utilizados para crear el ambiente mágico de la historia disimularon las deficiencias del libreto, logrando unánime aceptación del público. Por su parte, Handel incluyó arias con presencia fundamental de improvisaciones del clave, a su cargo, lo que también le sirvió como carta de presentación como instrumentista y habil improvisador (felizmente estos fragmentos fueron memorizados y escritos por William Babel, por lo que hoy pueden volver a ser escuchados).

Tan grande fue el éxito del estreno de Rinaldo, que la ópera se repitió quince veces en la misma temporada. Durante los años subsiguientes continuaron las repeticiones: nueve en 1712, dos en 1713, once en 1714. Como la ópera era un género vivo, cada temporada había cambios y ediciones a cargo del compositor, adaptándola a los diferentes elencos y posibilidades escénicas. En vida del compositor, esta ópera fue también interpretada en Dublin, Hamburgo (traducida al alemán) y Nápoles. Fue la obra de Handel que más se repitió en su vida.

Todos los roles principales del estreno, que tuvo lugar el 24 de febrero, fueron cantados por italianos. Las dos sopranos eran Isabella Girardeau (Almirena) y su supuesta rival Elisabetta Pilotti-Schiavonetti (Armida). La contralto Francesca Vanini-Boschi (Goffredo) y su esposo el bajo Giuseppe Boschi (Argante) también eran italianos, y conocían a Handel tras haber cantado en su Agrippina un año antes en Venecia, por lo que fueron convocados. El rol principal lo tuvo el castrado Nicoló Grimaldi, y Valentino Urbani, también castrado, cantó la parte de Eustazio. El napolitano Grimaldi, conocido como „Nicolini“ tenía una amplia carrera en Italia, donde era conocido por su virtuosismo, Urbani por su parte estaba en decadencia, pero tras varios años de escena en Londres, tenía excelente reputación como actor. El elenco cambió en las sucesivas representaciones, sólo Elisabetta Pilotti cantó su rol en todas las temporadas en que se repitió este título.

Esta ópera contiene algunos de los fragmentos más famosos y conocidos de la producción handeliana. Todo el público identifica el aria “Lascia ch’io pianga”, compuesta originalmente como una sarabanda para la ópera Almira y luego reelaborada con otro texto para el oratorio “Il trionfo del Tempo e del Disinganno”, en 1708. Menos famosas, pero también muy conocidas son las arias “Cara Sposa” y “Venti turbini”, ambas cantadas por Rinaldo, o “Sibilar gli angui d'aletto”, cantada por Argante (reelaboración de un aria virtuosa de la cantata Aci, galatea e Polifermo).

Como las otras óperas serias de Handel, Rinaldo cayó en el olvido durante aproximadamente doscientos años. Rinaldo fue exhumada a nivel profesional en la Opernhaus Halle, en el Festival Handel de 1954. Hubo un par de versiones en las décadas de 1929 y 1930, pero aparentemente no fueron completas ni escenificadas. Avances musicológicos, y un gran desarrollo de las versiones historicistas, nos permiten disfrutar a pleno de esta obra, a trescientos años de su estreno, por primera vez en la Argentina y con un elenco vocal e instrumental de fuerte presencia local. 

Ramiro Albino

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